viernes, 23 de marzo de 2012

Llegada del Papa Benedicto XVI a México

Benedicto XVI en México: ¿viaje de negocios?
A través de Mexico Nacionalis​ta
Imágenes: Gabriel Guzmán Cruz | UNAM - Fuente: La Jornada

La primera visita de Benedicto XVI a México,  que se inicia hoy en Guanajuato, es una confluencia de significados  pastorales y políticos que distan de ser alentadores para nuestro país.
 En el primero de esos ámbitos, y a reserva de esperar los discursos que  habrá de pronunciar el pontífice durante su estadía en el país, un  primer aspecto inadmisible de su visita a México es que el Vaticano no  haya aceptado realizar encuentro alguno con las numerosas víctimas de  pederastia y otros delitos sexuales cometidos por sacerdotes: dicho  encuentro sería procedente y necesario no sólo porque Joseph Ratzinger  ha mantenido encuentros similares con víctimas en otras partes del  mundo, sino también por el papel que desempeñó en el encubrimiento de  esos crímenes en México, particularmente los del líder de la Legión de  Cristo, Marcial Maciel.
Lo anterior obliga a recordar la  indolencia proverbial del Vaticano –e incluso de sectores clericales  locales– ante los flagelos sociales, políticos e institucionales que  recorren la región, entre los que destacan la pobreza, la desigualdad,  la insuficiencia educativa, la insalubridad, la corrupción de las élites  gobernantes, la discriminación de los pueblos indígenas, las  persistentes afrentas a los derechos humanos y la desintegración del  tejido social provocada por las políticas neoliberales, el incremento de  la violencia criminal y, desde luego, las conductas delictivas  cometidas por miembros de la propia Iglesia.
Por lo que toca al  aspecto político, la visita coincide con un avance y un fortalecimiento  preocupantes de posturas tradicionales de la Iglesia católica en la  agenda pública y legislativa nacionales. Si bien algunos de estos  avances se han venido consolidando desde hace meses y años –tal es el  caso de las iniciativas que penalizan la interrupción del embarazo en  más de la mitad de las entidades del país–, otros parecen estar  relacionados, incluso causalmente, con la visita del Papa a México, como  ocurre con la reciente modificación al artículo 24 de la Constitución  en materia de libertad religiosa, y resulta inevitable percibir, en  dicha coincidencia, un afán de autoridades y representantes populares  por congraciarse con el alto clero católico de cara a la gira papal que  hoy empieza.
Con ese telón de fondo y ante la cercanía de los  comicios previstos para julio próximo, da la impresión de que el máximo  líder del catolicismo no viene al país en visita pastoral, sino a  negociar intercambios con los sectores políticos que aprobaron la  modificación señalada: por ejemplo, nuevas claudicaciones legales y  constitucionales en materia de laicidad del Estado a cambio de presencia  y aliento –en la entidad que es el bastión electoral panista por  excelencia– cuando la cita con las urnas está a la vuelta de la esquina.

 En suma, la visita de Ratzinger a México deja ver una lamentable  pérdida del sentido republicano y laico en el país –pérdida a la que  abonan los candidatos presidenciales con su decisión de asistir a un  ritual religioso presidido por el pontífice que se celebrará en un sitio  público– y el ensanchamiento de los márgenes de maniobra con los que  cuenta hoy el clero católico para recuperarse de pérdidas de poder  históricas que, hasta hace no muchos años, parecían irreversibles.  Se  cierran, en forma inversamente proporcional, los espacios para el  desarrollo cívico de una sociedad plural, justa, libre, diversa y  tolerante.

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Publicado por  mexiconacionalista  para Mexico Nacionalista el 3/23/2012 10:19:00 AM
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